miércoles, 19 de junio de 2013

Erdem Gunduz el nuevo gandhi.

Hace un par de días Erdem Guzmuz era una persona prácticamente desconocida en occidente, un artista joven y melenudo. Un perro flauta como dirían en nuestra caverna mediática. Un chico con ideales que reivindica en su país el derecho a ser escuchado desde el más absoluto silencio. Que pedía que la gruesa y fanática maquinaria gubernamental se moviera desde su quietud.

Golpear, pisotear e insultar a un tipo callado e inmóvil parace inverosímil hasta para el duro gobierno turco.




Tres semanas de represalias que nos han llevado a contabilizar alrededor de 8000 heridos, parecen haber sido aplacadas momentáneamente, por este acto que se asemeja mucho al que protagonizó Gandhi en la India y que terminó con la independencia de la que fuera colonia británica. Aún es pronto para analizar si será igualmente efectiva pero parece ser igualmente significativo.

Protesta. Comenzó con pocos activistas en el cercano parque de Gezi, para evitar su demolición, y se convirtió en protesta masiva con acción policial.


En este caso las protestas vienen dadas en contra de un legislador autóctono y no de un intruso, pero tanto en un caso como en otro la gente pelea por evitar la opresión. Turquía es la puerta a occidente, es la gran ventana hacia Europa, una ventana que el pueblo desea tener abierta, y cerrar aquella que se acerca más al Corán anquilosado de los radicales, un islamismo que está de espalda al pensamiento actual de la mayoría. La religión es de los fieles y no pertenece a ningún hombre en particular. Debe ser practicada desde la fe y no desde el castigo o la amenaza. La religión debe buscar la paz y no el enfrentamiento. Pues bien, Erdogán no lo entiende así, e intenta imponer su interpretación a mazo y martillo. Cosa que de forma más sibilina hacen en nuestro país ciertas organizaciones religiosas y políticas.

Pues bien, un simple chico melenudo que vive de su inspiración artística y no va "encorbatado", sin decir ni media palabra ni mover siquiera un pié ha convencido a miles de personas. No las golpea, ni las insulta, simplemente creyó en algo... y con el otros muchos, que le tienen fe. Resulta que ha movilizado con su acto a más gente que todo un ejercito y cientos de minutos de oratoria vacía y agresiva.

Resulta paradójico pero se parece más la forma de actuar de Erdem Gunduz a lo que dictan las sagradas escrituras islámicas que la Erdogán

MCA.

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