miércoles, 24 de abril de 2013

Los escraches y la madre que los parió.

Los escraches y la madre que los parió. No es que me haya  puesto yo violento de repente, es que para hablar de los escraches hay que citar a su origen, es decir, a la madre que los parió. En este país de tamboril y pandereta, de Jorge Javier Vázquez y Belén Esteban, de presidentes sin idiomas y periodistas que nunca lo supieron hablar, ahora resulta que es preciso inventar términos  para parecer "cool", o algo así, para resaltar lo que uno sabe y lo culto que es. Ya no existe otra palabra para decir que la gente está denunciando públicamente con nombres y apellidos a ciertos individuos.

Este concepto que hace referencia a insultos y amenazas a personas públicas y que cierto grupos de ciudadanos han comenzado a ejecutar a diestro y siniestro, o lo que es lo mismo, a derecha e izquierda.
 Cosa que para los "demócratas" de este país resulta del todo impropio y por supuesto no es políticamente correcto. Y usando ésta última expresión, he de decir que unir lo político con lo correcto resulta cuanto menos indignante desde el punto de vista de la dialéctica cuanto menos. Me he cansado de oír estos días a todos los contertulios decir que ésta actitud es deplorable y antisistema. Algunos que llaman perro flautas a los indignados del 15-M, desviados a los gays, comunistas a los que no están de acuerdo con las políticas del gobierno actual, hippies a no se quién y delincuentes a no sé cuales, y todo ello sin coger carrerilla, resulta que ahora son tan sensibles como para que les parezca que insultar gratuitamente debía de estar penado, como diría aquél humorista de los 90, Jaimito Borromeo, "tócate los huevos".

A mi esto del escrache me resulta algo evidente, la gente está harta de los políticos, politicuchos o como quieran llamar a los gerentes de nuestros recursos, que se han agenciado el puesto y que como mal menor no lo hacen bien, con las contadas excepciones que siempre hay. Resulta que uno no se puede cagar en los... ¡Que me embalo!, porque no es políticamente correcto, aunque resulta que sí lo es llevártelo calentito y hacerte el tonto como si nada. Lo de meterse con los políticos es del mal el menos, la situación comienza a ser, y me pongo serio, insostenible. Quisiera equivocarme pero no ésta tan lejos la escopeta, y es que este sistema resulta ser muy poco políticamente correcto. Poco correcto con los trabajadores (en mayúsculas), los jóvenes y los pequeños empresarios, resulta ser poco correcto con los que piden de una puta vez  (perdón) que el sistema deje de ser un paripé para cuatro y funcione para el colectivo, resulta ser demasiado correcto para los oligopolios energéticos, bancarios, en telecomunicaciones... y a mi no me resulta incorrecto que la gente pida justicia. En un estado en el cual no se proporciona comida a los ciudadanos y estos se unen, para mediante organizaciones, impedir el hambre de numerosas familias, en un estado en el que se niega la vivienda a la ciudadanía y ésta se une para impedir desahucios, lo previsible es que también lo haga cuando no se les proporciona ni justicia ni dignidad ¿Cómo ha de unirse la ciudadanía? en un laberinto donde todas las puertas están cerradas no vale de nada  sentarse a esperar hay que buscar la única puerta que esté abierta, algunos se marchan del país y emigran, ¡¡¡uy perdón!!! hacen uso de la movilidad exterior, que con un acento pijo parece un viaje a Benidorm, otros buscan trabajo y lo hacen aún sin contrato y el resto pues como están aburridillos pues les ha dado por hablar y pedir a sus responsables que se hagan cargo de lo hecho y respondan, y como pasan de ellos, pues nada a insultar, desde luego que como dijo un gran gobernante "el mejor estado es el que no tiene ciudadanos".

MCA


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