martes, 5 de febrero de 2013

Tú y yo...también somos complices de Barcenas.

Hace unos días me preguntaba qué era la democracia, no hallé respuesta. Tal vez porque como miles de conciudadanos no creemos en la honestidad de nuestros políticos. Nadie está seguro de que en su ayuntamiento, diputación, comunidad o desde el estado alguien esté ROBANDO con mayúsculas al pueblo. Pues no sólo roba dinero, sino la razón de ser de este sistema. Un sistema que se basa en la confianza de los ciudadanos en otros ciudadanos, en los que deposita la dura y estricta labor de realizar una gestión que tiene como objetivo el bien común. Este objetivo más que nos pese a los demócratas convencidos no se ha cumplido. El sistema está en crisis, no es que como todos sabemos haya una crisis económica, sino que el sistema en sí mismo también lo está. Y es así porque ya no podemos creer en él. Necesita de una gran reforma, que debería ir desde lo más profundo y eso incluye al ciudadano. Debemos cambiar nuestra mentalidad y creer que es nuestra obligación participar en la gestión de nuestros destinos, debe haber una implicación política, que no debe ir forzosamente de la mano de ningún partido, puesto que nos preocupe la política no quiere decir que seamos partidistas, yo al menos creo que no lo soy. No creo en las mega-formaciones políticas, creo en la diversidad de pensamiento, no existe una verdad absoluta a la que podamos adherirnos sin miramientos, ya en el anterior artículo hablé de secta, y es lo que me parecen muchos de los afiliados a los partidos, incapaces de hacer crítica sobre ellos mismos y no sólo sobre otros partidos. El ciudadano a través de la movilización pacifica y constante debe exigir una fuerte reforma y comprometerse, a su vez, a ser partícipe directo de la democracia, no vale, "ir cada uno a lo suyo" o "yo lo que quiero es mi casita, mi trabajo y ya está" esa es una actitud pasiva desconcertante. El culpable de los ERES irregulares, la trama Gürtel, el caso Barcenas...etc no es otro que el ciudadano, que no ha sido activo, con una ciudadanía activa, Rajoy, Rubalcaba, Blanco, Barcenas y compañía estarían ya entre rejas, pero estimo que nuestra pasividad ha sido complice.



Pero la crisis es más profunda que la que atañe a lo político, incluye lo jurídico, lo educacional y finalmente es una crisis de valores. En este país quien no se aprovecha de su estatus o su posición parece "tonto", cuando necesariamente debe ser al contrario algo reprochable. Son los niños los que deben aprender, porque sus familias, amigos y educadores así se lo inculquen, que el trabajo es algo por que hay que luchar, un trabajo digno y bien ejecutado, y exigir lo mismo a todos, desde el político, al funcionario o al pescador. Debe entender la tolerancia y tener por objeto en la vida aprender cada día algo nuevo. Deben de ser enseñados para pensar, no para memorizar. Ese es el problema de este país, no hay una masa suficientemente crítica y activa, como para ejecutar judicialmente a todo aquél que va en contra de la libertad, la honradez, la justicia y el bien común, incluyendo a los menos. De lo contrario tú y yo seremos complices de Barcenas.




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