lunes, 19 de agosto de 2013

Calañas: 300 años de "Hermandad"

Ya ha pasado la semana de fiestas en conmemoración del tricentenario de la constitución de la hermandad de Ntra Sñra la Virgen de Coronada. Un hito verdaderamente que demuestra a las claras la importancia de este sentimiento mariano en el municipio de Calañas. Un verdadero totem de culto y pleitesía. Hay muchos de mis conciudadanos que se congratulan de la festividad y de la unión sin paliativos que ha demostrado nuestra gente para que la festividad fuese grande. Sin forzar, con total espontaneidad y gran entusiasmo la imagen de la virgen se paseó por las calles decoradas de rojiblanco, colores de la bandera calañesa. El pueblo estaba limpio, resplandeciente y en comunión. Nada que objetar al respecto, si no todo lo contrario, felicitar a todas las personas que han trabajado en ello.

Pero yo no soy de aplauso fácil, no está en mi forma de ser esto de aplaudir porque el gentío lo haga. Resulta indignante, a la vez que preocupante, que el sentimiento mariano está por encima de todo lo demás. Análogamente a la crítica que podamos hacer de un país, que se echa a la calle para celebrar un titulo de fútbol y sin embargo se sienta impasible ante lo que acontece hoy día, sin siquiera, alzar la voz.

En este mi pueblo, la vida gira alrededor de tres semanas de adoración al totem mariano y el apoyo de la ciudadanía es reducido o inexistente en otros campos, que bien podríamos definir, como propios de la comunidad, desde la cultura, el deporte o incluso el trabajo. Numerosas asociaciones viven en el obstracismo popular e institucional, lo que son facilidades para la tricentenaria hermandad se convierte en obstáculos para otros movimientos ciudadanos, desde el carnaval, el grupo de teatro o la asociación de mujeres por poner algunos ejemplos. La decisión de cada cuál es muy respetable, pero sólo hay que echar un vistazo cuando un evento es convocado por unos u otros. De hecho ni tan siquiera es un fervor religioso, sino mariano. Ya que la hermandad de semana santa del cautivo se siente también en el ostracismo. Todo quedaría en anecdótico sino fuera porque estamos en una de las regiones más deprimidas de España, con una tasa de paro alarmante. Pero eso aquí ni "fú ni fá". Los jóvenes nos tenemos que marchar de la comarca por falta de oportunidades y la administración local tan longeva pero tan inútil como la hermandad sigue de brazos cruzados. Son décadas al amparo del milagro, no sé si mariano, de la apertura de las minas. La carencia de imaginación, de esfuerzo y de valía de los dirigentes convertirán junto al simplismo del pensamiento calañés a  este  pueblo en fantasma. Una generación (legión) de jubilados y prejubilados que vive en el horizonte de lo seguro. Tan seguro como que morirán algún día y que los jóvenes carecen de futuro y motivaciones no marianas para volver y pasar unos días en su tierra. Yo que me siento Calañés por los cuatro costados hoy me siento dolido, impotente y profundamente preocupado porque la unión de mis gentes sea tan efímera y tardía como esta festividad.

MCA

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